domingo, 7 de marzo de 2010

La Fuerza de Uno



Hay días preciosos que comienzan, continúan y terminan bien. Hoy ha sido uno de ellos, uno de esos en los que uno se levanta en calma y, el mundo exterior lo recibe, en el acogedor silencio de la mañana.

La tarde ha venido con un bonito detalle: una chica joven, de no más de 18 años, ha acudido ilusionada a formar parte del oceano de la Vida, sintiéndose diminuta gota de agua... consciente de que, un sencillo gesto suyo, podría quizá salvar la Vida de alguien concreto.

Animada por lo que le ocurrió cuando, otra tarde de sábado, una futura madre acudía a un centro abortista y ella se encontraba allí, no de casualidad, sino poniendo interés a lo que ocurre a las mujeres, a la realidad que lleva a una madre a no querer tener a su hijo, queriendo ayudar.

El hecho es que esta joven comenzó a charlar con esta persona que acudía al centro abortista y, en el transcurso de la conversación, mientras escuchaba las circunstancias que le habían llevado a la otra persona a estar allí, se puso en su lugar y, le pidió permiso para darse un abrazo....

La experiencia de ambas fue que, a través del abrazo, de cómo se sintieron, la futura madre acogió a su vez la Vida de su hijo. Se dió cuenta que, era eso precisamente, lo que ella podía transmitir a su futuro hijo durante su Vida, más que otra cosa; ese abrazo que quizá le había sido negado a ella, durante mucho tiempo y que recibiéndolo, quería continuar dándolo. Un abrazo mutuo, donde esta joven aprendió que quería continuar abrazando lo que le propusiera la Vida.... ambas lo prefirieron así.

La noche, en casa de unos amigos, contenía un regalo de México. Otro amigo que ha venido hasta aquí para transmitir a adolescentes un curso de afectividad. La tertulia se ha centrado en ello, en ese aprendizaje que no todos recibimos, aprendemos o exteriorizamos bien.

Y me pregunto: ¿Cómo vivimos los "mayores" la afectividad? ¿Cómo transmitimos la afectividad? ¿Habría abortos si tuviesemos colocada en su lugar la afectividad? ¿Quedaría alguien que muriese sin ser acogido en un abrazo? ¿Valoramos la ternura?

Concluyo pensando en lo necesario de continuar aprendiendo, en los abrazos mutuos verdaderos y en la fuerza de una gota de agua en el mar......

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