domingo, 19 de abril de 2009
Las alas son para volar
A veces necesitamos tirarnos desde una montaña alta para convencernos de que podemos volar.
Cuando lo intentamos desde una escalera o desde la copa de un árbol para no asumir riesgos, las alas carecen del espacio necesario para desplegarse. La consecuente caida desde allí nos impide ver más allá.
La altura de la montaña significa arriesgarse a caer pero también aprender a volar.
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