viernes, 15 de mayo de 2009

Decepción y Hasta la Vista



Es una pena cuando alguien a quien quieres te decepciona. Cuando a pesar de los intentos por lograr ponerse de acuerdo, no se consigue. Cuando uno se cierra y no se abre. Cuando muestra sus luces y no sus sombras. Cuando no quiere compartir sino solo escuchar. Cuando apoya pero con una gran discontinuidad. Cuando no puedes confiar sino entregar. Cuando no puedes descansar sino acompañar. Cuando no puedes intimar sino confesar.

La mayoría de veces se le dan oportunidades que a otra persona no daríamos. Nos cuesta aceptar que la persona a quien queremos no cambie. Uno trata de llegar a ella de todos los modos que se le ocurren hasta que entiende que no da resultado. Que esa persona a la que tanto queremos no desea nuestra felicidad tanto como la suya, por eso no cambia ni nos deja cambiar para llegar a un punto de acuerdo común.

Llegado a ese punto, solo queda retirarse a pesar de los buenos momentos vividos, de los gratos recuerdos. Olvidar que una vez fuimos felices con ella. Quizá ha cambiado, quizá no la conocíamos, quizá hemos cambiado nosotros. Partir con agradecimiento por los buenos tiempos que hemos compartido aunque no se haya comportado como hubiéramos deseado.

2 comentarios:

  1. A veces las cosas no son como queremos y las personas no nos responden en el tono que esperamos.
    A veces es mejor retirarse y otras puede que debamos pensar por qué reaccionan de ese modo.
    Depende , depende...

    ResponderEliminar
  2. Hay que diferenciar roles y ser consciente que existen amigos, familia, amores y vecinos de vida...Hay que dar, entregarse, ofrecer e interactuar pero sobre todo ser uno mismo, con la remora de la educación, pero siendo fiel a lo que somos...Tontos, confiados, entregados y audaces vividores de un sueño. Animo, al final, solo nos quedaremos con lo bueno, lloraremos y nos abrazaremos, volveremos a filtrar sentimientos y recolectaremos las pocas pepitas que nos llevaremos hacia la luz final.
    NWE

    ResponderEliminar