martes, 3 de febrero de 2009

A ritmo de tango



Me gusta el tango y cantarlo. Su ritmo, su canto desgarrado, su danza, su acento rioplatense...

En el tango los hombres lloran y hablan de sus emociones, en un mundo en el que los hombres no deben llorar ni exponer sus sentimientos, mostrando su interioridad y la profundidad de su sufrimiento.

La poesía tanguera tiene la inhabitual característica de ser considerablemente compleja, con el uso de metáforas y reflexiones filosóficas y al mismo tiempo muy popular, por eso me gusta.

Por qué estará tan extendido eso de que los hombres no lloran?

A mi me ha parecido humano ver llorar a Federer y ver a un Nadal tan grande en la pista como fuera de ella.

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